
En el primer caso, cuando la imagen del ojo simboliza recepción de información, el ojo abierto suele representar atención y cultura; el ojo cerrado es la negación de esta entrada de información por indiferencia, meditación, abstracción, sueño o muerte. Y la ceguera, que es una temible falta de información, expresa la deshomologación del sujeto con sus semejantes normales.
Los sarcófagos egipcios tienen a veces pintados o en bajorrelieve dos ojos normales o un ojo de Horus, a fin de que el difunto que contienen pueda ver a su través el mundo que le rodea. Los ojos simbólicos citados expresan principalmente el conocimientos. Los ojos múltiples enfatizan más esta propiedad.
Los ojos heterotópicos en posiciones claves, como las manos, aportan el conocimiento visual a lugares anatómicos que carecen de él, como se expondrá más adelante en el apartado de los ojos heterotópicos.
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